Cuando inhalamos aceites esenciales, el 50% la composición molecular inhalada va al torrente sanguíneo. ¿Es fácil para las moléculas pasar el surfactante pulmonar? ¿Hay alguna manera de aumentar la cantidad de aceite esencial que pasa al torrente sanguíneo?
Las sustancias inhaladas pasan a través de la traquea hacia los bronquios, donde llegan a los bronquiolos, los cuales terminan en los microscópicos alvéolos (nuestro “panal” personal que se hincha y deshincha con la respiración) donde el intercambio gaseoso tiene lugar en el torrente sanguíneo. Los alvéolos son extremadamente eficientes en transportar moléculas pequeñas como la de los aceites esenciales.
La eficacia aumenta si se aumenta la cantidad y velocidad de la sangre a través de los pulmones, el porcentaje y la profundidad de la inhalación y la solubilidad en grasas de las moléculas. El epitelio olfativo también actúa como una membrana absorbente y una alta proporción de las moléculas entran en contacto con la mucosa nasal siendo aportadas a la circulación sanguínea.
Es evidente pues que la inhalación y lo que ella transporta es capaz de influir no solo en nuestra capacidad pulmonar sino también en nuestro estado de salud, dependiendo de lo inhalado y en cómo se inhala.
INHALACIÓN versus DIFUSIÓN. ¿CUAL UTILIZAR?
No es lo mismo respirar directamente de un frasco de aceites esenciales, que estar en el interior de un ambiente “aromatizado” por un difusor de aromaterapia. Y es aquí donde podemos hacer varias distinciones y también escoger mejor, dependiendo de nuestro objetivo. Por estos motivos debemos diferenciar entre inhalacion/difusion pasiva o activa.
Si lo que buscamos es un efecto terapéutico rápido y efectivo, sin duda la mejor herramienta sería el inhalador personal, que la encajamos en una inhalación activa.
Si por el contrario, deseamos un “ambiente” concreto que pueda ser aprovechado por varias personas, nos decantaríamos por un difusor eléctrico. Dentro de esta gama, y según nuestra sensibilidad olfativa o el objetivo perseguido: desinfectar o ambientar suavemente.
- A) Podremos escoger entre un difusor eléctrico de cristal que no calienta el aceite esencial, lo que podría alterar sus propiedades y el aroma. Suelen ser difusores acompañados de cromoterapia y a veces, música. Sugiero este tipo de difusor para desinfectar una habitación previamente ocupada por un enfermo y cargada de virus y bacterias.
6 a 8 gotas, durante 15 minutos es más que suficiente y recomendable para no saturar el epitelio olfativo ni habituar nuestro Sistema Nervioso Central ni nuestros pulmones. Todo requiere de un descanso.
Una aplicación terapéutica adecuada -en mi opinión- establecería de 3 a 4 difusiones diarias durante no más de 20 minutos, con un descanso y ventilación posterior de al menos 3 horas.
- B) O un difusor con agua. También conectado a la red. Sus ondas ultrasónicas vaporizan conjuntamente el agua y el aceite esencial, para producir una niebla fresca y perfumada.
En caso de sequedad de las mucosas, es el más recomendado.
Este difusor resulta mucho más suave y el aroma no está tan concentrado. Ideal para ambientes.
ESTABLECER NIVELES SEGUROS Y EFECTIVOS PARA LA DIFUSIÓN
La difusión en un área más grande es generalmente más segura ya que las cantidades de moléculas de aceites esenciales no alcanzarán niveles irritantes.
Sin embargo, el nivel de inhalación depende en gran medida de:
- El método de difusión
- La cantidad de aceite esencial utilizado
- El tamaño de la habitación.
- Qué tan bien está ventilado y qué tan bien circula el aire
- Distancia de persona del difusor
NO es lo mismo estar sentado justo al lado de un difusor electrónico con 15 gotas de aceite de naranja – mayor exposición al limoneno- que sí las mismas 15 gotas se dispersaran uniformemente en una habitación de 64 m3.
En términos de beneficios terapéuticos, se ha demostrado que la difusión y / o inhalación a corto plazo es más beneficiosa que si el aceite esencial se vaporiza constantemente. Por qué, por la habituación del sistema nervioso a el aroma, lo cual puede derivar en un estress nervioso. Nuestros mecanismo de defensa quimicamente sensible se activan y se defienden. (Finger et al. 2003, Gulbransen y Finger 2005; Deshpande et al. 2010; Tizzano et al 2011).
- Inhalación intensa, se recomiendan sesiones de hasta 15 minutos.
- Difusión ambiental, se recomiendan hasta 60 minutos por sesión.
Para algunas aplicaciones, la inhalación es un método más eficiente que la ingestión. Actúa más rápidamente a través de la señalización olfativa y puede tener un efecto más fuerte en problemas como la ansiedad o el dolor.
FACTORES DE RIESGO
Cualquier persona que pertenezca a más de una categoría (por ejemplo, un niño de 4 años con asma) estará especialmente en riesgo.
Ahora solo te queda escoger el método más adecuado para ti y por supuesto, la sinergia más efectiva según lo que quieras tratar.
Un aromático saludo a todos
Textos Integros: Ana Requejo